Foto Pablo Tarrero

Estoy escribiendo un texto sobre Rosebud, la misteriosa palabra que musita Orson Welles en Ciudadano Kane, antes de expirar, en un inolvidable primer plano de los labios del protagonista. He buscado documentación sobre el tema. Es prolija. Se ha escrito mucho sobre su significado, en general referido a la infancia perdida, pero el secreto mejor guardado es que el magnate de la prensa William Randolph Hearst, el modelo principal en el que se inspiró Kane, tenía una amante, la actriz Marion Davis; pues bien, el guionista de la película, Herman Mankiewicz, y el escritor Gore Vidal afirman que Rosebud (literalmente “capullo de rosa”) era el apelativo cariñoso con el que Hearst se refería al clítoris de Marion Davis.

A Herman se lo comentó la propia Marion, los dos bebían mucho y él era un habitual en las fiestas que el gran hombre y su amiga organizaban en San Simeon. Se reían mucho, intercambiaban confidencias y Rosebud era demasiado buena para que no apareciera en alguna de aquellas veladas. Intimaron demasiado y Hearst dejó de invitarle, probablemente celoso de su protagonismo, cosa que enfureció al escritor, que tenía una lengua tan viperina como Truman Capote. Así que, cuando Welles le pidió colaboración para escribir el guión de Ciudadano Kane, se vengó. ¿Lo sabía Orson Welles? Él le dijo a Peter Bodganovich, en una célebre entrevista, que no, aunque admitió que la palabra era de Mankiewicz, pero que se trataba sólo de un recurso literario que unía la historia, el principio y el final del relato. Ni siquiera estaba satisfecho con el subterfugio y aparentemente muy poco interesado con la polémica suscitada.

Otra versión cuenta que la indiscreción llegó a oídos de Kenneth Anger, autor de la controvertida Hollywood Babilonia, que a su vez la había escuchado de labios de Louise Brooks, y este se la contó a Mankievich. Posiblemente las dos historias sean ciertas.

Por otro lado, creo que no es lo mismo crear una obra de arte –Ciudadano Kane lo es– que ostentar la exclusiva de su significado. Eso corresponde al público, que ha pagado su entrada y tiene todo el derecho a opinar. Si alguien de la tercera fila sostiene que Rosebud era un trineo que Charles Foster Kane perdió de niño, sin duda lo es. Personalmente, me quedo con la interpretación de Gore Vidal, gran escritor y guionista de Ben-Hur (maravillosa la escena gay entre Ben-Hur y Mesala, que escribió para el homófobo Charlon Heston, sin que éste se enterara), un hombre por lo general bien informado.

En definitiva, un corre, ve y dile de proporciones hollywoodienses, que demuestra, una vez más, que la anécdota es la historia.

Ya lo he hecho, quiero decir escribir sobre Rosebud.

¿Qué más puedo decir?

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