Waga Waga, Australia, principios de los años 80. Dave Stewart y Annie Lennox están en la habitación de su hotel, jugando con un pequeño sintetizador. Matan el tiempo mientras esperan el vuelo de regreso a Inglaterra. Están deprimidos. The Tourists, la banda con la que estaban de gira, acaba de disolverse y no saben qué rumbo tomar. Hacen sonidos de didgeridoo, un instrumento de viento de madera, tradicional de los pueblos aborígenes australianos, parecido a una enorme flauta, de un metro y medio de largo. Pinturas rupestres certifican su antigüedad en más de diez mil años. Otras fuentes hablan de cuarenta mil, el espacio temporal australiano es como el geográfico: inabarcable. La mezcla entre el sintetizador y el didgeridoo es sorprendentemente moderna. Está naciendo Sweet Dreams, el tema que los lanzará al estrellato. Del sonido ancestral del didgeridoo al techno pop, en un arranque de inspiración. El fracaso de The Tourits será el éxito de Eurythmics, nombre que le pondrán al dúo que están creando.

Los dulces sueños están hechos de esto / ¿Quién soy yo para no estar de acuerdo? / Recorro el mundo y los siete mares / Todos están buscando algo / Algunos de ellos quieren utilizarte / Algunos de ellos quieren que los utilices / Algunos de ellos quieren abusar de ti / Algunos de ellos quieren que abuses de ellos

Annie está buscando algo y parece que lo ha encontrado. Después de un coro de voz y de música electrónica en vuelo rasante, Dave frena en seco.

¡Levanta la cabeza! / Mantén la cabeza en alto / ¡Sigue adelante!

Pero ella vuelve enseguida a la carga con el poema del uso y el abuso, que lo impregnará todo. Quizás se sienta también poseída por un sonido que viene de un pasado remoto, deslizándose a lo largo del alma de un tronco de eucalipto que las termitas han vaciado; luego, hábiles artesanos lo aprovecharán para construir el preciado instrumento. Pero Sweet Dreams no nos cuenta una singular historia de colaboración entre especies, nos habla de una civilización que se caracteriza por el dominio del ser humano sobre todas las especies, en particular sobre sí mismo.

Some of them want to use you / Some of them want to get used by you / Some of them want to abuse you / Some of them want to be abused

Me imagino a un anciano yolngu en Arnhem Land, al norte de Australia, de donde es originario el didgeridoo, sentado a la sombra de un eucalipto, explicándole a su nieto que a ningún ratón se le ocurriría dedicar su vida a fabricar trampas para cazar ratones, como hace el hombre blanco.

La canción no gustó a las primeras personas que la escucharon, ni a las discográficas a las que se dirigieron, hasta que un DJ de Cleveland la pinchó en su programa de radio y el público respondió, eufórico. Entonces la industria despertó y vendieron millones de copias. Se llaman copias porque el sonido original está en algún lugar entre el desierto de Australia y Abbey Road, en el barrio de St. John’s Wood, en el norte de Londres.

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